A LOS OJOS DE DIOS LAS IGLESIAS COCALES Y LA IGLESIA LOCAL EN GUARANDA ES GLORIOSA Ef.5.27

 

EL DISPENSAR DE DIOS

 

Lectura bíblica:                                                                               Himno: 215

1 Co. 15: 45b …el postrer Adán, Espíritu vivificante.

2 Co. 3:18         Mas, nosotros todos, a cara descubierta mirando y reflejando como un espejo la Gloria del Señor, somos transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor Espíritu.

No utilizamos la palabra dispensación porque puede ser malinterpretada. Usamos la palabra dispensar, lo cual significa distribuir. Dios se dispensa a Sí mismo en usted tal como usted dispensa alimento a sus invitados. Muchos lectores de la Biblia se han dado cuenta de que en el evangelio de Juan se revela al Padre, al Hijo y al Espíritu. Pero no muchos han percibido que en el evangelio de Juan, el Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu, es revelado a fin de dispensarse a Sí mismo en nosotros, primero como vida; luego como suministro de vida y entonces, como todo. Hasta hace veinte años, no me había dado cuenta este asunto de que Dios se dispensa. A partir de entonces comencé a utilizar mucho esta palabra. Dios se dispensa a Sí mismo en Sus hijos. No es tan difícil de entender.

En el capítulo uno de Juan dice: “Mas a todos los que le recibieron, les dio la autoridad para ser hechos hijos de Dios, a los que creen en Su nombre: los cuales no son nacidos de sangre ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (vs. 12-13). Estos hijos de Dios nacieron de Dios. ¿Qué es lo que indica el hecho de que un niño nazca de su padre? Indica que el padre ha dispensado su vida en el hijo. Al principio, sólo había un hombre, Adán, pero hoy existen millones de seres humanos sobre la tierra. La vida de Adán ha estado dispensándose de generación en generación en sus descendientes. Esta es la manera más apropiada de entender la palabra dispensar (The Divine Dispensing of the Divine Trinity [El dispensar de la Trinidad Divina], pp. 106-107).

EL DISPENSAR DE DIOS—DIOS SE DISPENSA AS SI MISMO EN EL HOMBRE

A fin de dispensarse a Sí mismo en el hombre, el primer paso que Dios dio es hacerse carne y ser un hombre (Juan 1:14). Cuando El estaba en la carne, por un aparte, era el Cordero que quita el pecado del (Juan 1:29). Por otra parte, el era la serpiente de bronce, lo cual revela que el llegó a ser carne, esto es, fue enviado en semejanza de carne de pecado (Ro. 8:3). Como tal, solo tenía la forma de serpiente pero no el veneno. Mientras el Señor estaba en la carne, fue levantado en la cruz y destruyó a Satanás, la serpiente antigua (Juan 3:14; 12:31). Además, el fue el grano de trigo que cayó en tierra y murió. Mediante Su muerte, liberó la vida divina de Dios (Juan 12:24).

El Segundo paso que Dios dio para dispensarse a Sí mismo en el hombre es llegar a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45b). Estos dos pasos contienen dos “llegar a ser”. Primeramente, el Señor llegó a ser carne, luego, llegó a ser el Espíritu vivificante. Llegó a ser carne para cumplir la redención y liberar la vida de Dios. Llegó a ser Espíritu vivificante para dispensarse en el hombre a Sí mismo como el Espíritu y ser la vida del hombre.

Cristo llegó a ser el Espíritu vivificante en resurrección (1 Co. 15:45). Como tal, está listo para ser recibido por aquellos que creen en El. Tan pronto como creemos en El, el Espíritu de vida, que está en resurrección, entra en nuestro espíritu (Ro. 8:16) y mora en nuestro espíritu (Ro. 8:11) (The Economy and Dispensing of God [La economía y el dispensar de Dios], pp. 21-22).

EL DIOS TRIUNO NOS ALCANZA

El Padre es la fuente, el iniciador; el Hijo es la expresión, el que logra; y el Espíritu es el que aplica, aquel que entra (Juan 14:17). El Padre envió al Hijo (Juan 8:29), y el Hijo vino con el Padre (Juan 16:32). El Hijo envió al Espíritu (Juan 16:7), y el Espíritu vino con el Padre (Juan 15:26) en el nombre del Hijo (Juan. 14:26). A través de esto, podemos ver que el Padre, en Sí mismo, no puede llegar a nosotros, ni el Hijo, por Su cuenta, puede entrar en nosotros. El Padre es inaccesible (l Ti. 6:16), pero el Hijo vino a fijar tabernáculo entre nosotros (Juan 1:14).Pero inclus0o así no podía entrar en nosotros  porque era de carne y sangre. Como un hombre con cuerpo físico podía estar entre Sus discípulos, pero no dentro de ellos. Por ello, les dijo a Sus discípulos que era necesario que El muera y sea levantado. Mediante Su resurrección, Su forma fue cambiada de lo físico a lo espiritual. El llegó a ser el Cristo neumático, el cual era capaz de entrar en Sus discípulos (Juan 20:22). Esa es la manera en que el Dios Triuno nos alcanza.

Cuando el Dios Triuno alcanza a Su pueblo redimido, El es el Espíritu. Por ejemplo, la electricidad tiene una planta de poder y la instalación en la casa. Tener solamente la planta de poder no es algo práctico. Solamente cuando se ha hecho la instalación eléctrica en la casa que la electricidad se hace práctica en la vida diaria. Usted un edificio y Dios es la fuente, la planta de poder que está en los cielos. El Espíritu, el que alcanza del Dios Triuno ha sido instalado en usted. Cuando el Espíritu entra en usted, no deja en los cielos al Padre y al Hijo. Este es un concepto equivocado. Cuando el Espíritu le alcanza a usted, viene con el Hijo y con el Padre. Si usted tiene al Espíritu, tiene al Hijo. Si tiene al Hijo, también tiene al Padre, tiene a los Tres. En el Padre usted prueba del amor, en el Hijo, disfruta de la gracia, y en el Espíritu, participa de la comunión, el fluir de la vida divina. El amor es la fuente, la gracia es el disfrute y el espíritu es la comunión (2Co. 13:14). Este es el dispensar del Dios Triuno.

EL CRECIMIENTO, LA CONTINUACION DEL DISPENSAR DE VIDA

Otro diamante que se halla en Efesio 4 radica en la palabra “crece”. En el versículo 15 se halla la forma verbal; en el 16, el sustantivo, crecimiento; y en el versículo 13 se halla el participio, plena madurez (ing. “full-grown”). En Efesios 1, la filiación es un asunto de que la vida se dispensa. ¿qué es el crecimiento? El crecimiento es la continuación del dispensar de vida. El dispensar de vida comenzó con el nuevo nacimiento y continuar con el crecimiento; nunca se detiene. Cuando el dispensar de vida nos alcanzó por primera vez, hizo que naciéramos de nuevo. Ahora, este dispensar de vida continúa diariamente, y mientras esto sucede, crecemos. Me alegra ver a los santos crecer en las iglesias. Este es el crecimiento en vida por medio de la  gracia y la realidad. Los santos que están en las iglesias locales en el recobro del Señor, disfrutan la gracia y la realidad de la verdad. La gracia suministra y la verdad resplandece. Nos encontramos bajo este suministro y bajo este resplandecer, lo cual hace que crezcamos.

No espere crecer rápido. Si fabrican flores artificiales, pueden lograrlo de la noche a la mañana. Pero no se puede producir flores reales de esta manera. Debe ser paciente y dejar que estas flores crezcan. En las iglesias, debemos prestar atención al crecimiento genuino. Estoy contento de ver que las iglesias crecen por medio del dispensar de la vida divina (The Divine Dispensing of the Divine Trinity [El dispensar divino de la Trinidad Divina], 128-129, 184-185)

Regenera, Transforma, y Glorifica a los creyentes

Como el Espíritu vivificante, Cristo primeramente regeneró nuestro espíritu (Juan 3:5-6) de manera tal que, además de nuestra vida natural, podamos recibir la vida eterna de Dios como la fuente nueva y el elemento nuevo del nuevo hombre. Después de esto, Cristo, como el Espíritu vivificante se extiende desde nuestro espíritu hasta nuestra alma, a fin de transformarla. Si tenemos puesta nuestra mente, la parte principal de nuestra alma, en el espíritu y cooperamos con la operación y la obra que el Señor Espíritu efectúa en nosotros, nuestra mente será renovada (Ro. 12:2). Cuando nuestra mente es renovada, nuestra voluntad y parte emotiva, como las otras partes de nuestra alma, espontáneamente serán renovadas. De este modo, la vida y la naturaleza de Dios nos serán añadidas y seremos transformados metabólicamente a Su imagen, para expresarlo (2 Co. 3:17-18).

Finalmente, El transfigurará nuestros cuerpos, al redimirlos para que entremos en Su Gloria, y todo nuestro ser sea hecho completamente semejante a El (Ro. 8:17, 23; Fil. 3:21; 1 Juan 3:2). Esta es la consumación final de la salvación que Dios efectúa. En Su salvación, Dios primeramente regeneró nuestro espíritu; ahora, El está transformando nuestra alma. Al final, El transfigurará nuestros cuerpos de manera tal que las tres partes de nosotros estarán saturadas con el Espíritu y seremos completamente semejantes a Cristo. Todos estos pasos son parte de dispensar divino que se efectúa en nosotros (The Economy and Dispensing of God [La economía y el dispensar de Dios], p. 22).

 

Referencias:  The Economy and Dispensing of God, [La economía y el dispensar de Dios] Message 2; The Divine Dispensing of the Divine Trinity [El dispensar divino de la Trinidad divina], Chaps. Eleven, Thirteen and Eighteen

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