Invocar el nombre del señor
Lectura bíblica: Himno 46
2 Ti. 2:22 Huye de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón puro invocan al Señor.
Ro. 10:13 Porque: “Todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo”.
El significado de invocar el nombre del señor
Primero, necesitamos saber lo que significa invocar el nombre del Señor. Algunos cristianos piensan que invocar al Señor equivale a orar. Yo pensaba lo mismo. Pero un día el Señor me mostró que invocar a Su nombre difiere de la oración. En efecto, invocar es una especie de oración, pues forma parte de nuestra oración, pero invocar no es simplemente orar. En hebreo invocar significa, “clamar”, “gritar”, es decir, llamar. La palabra griega traducida “invocar” significa “invocar a una persona”, “llamar a alguien por su nombre”. En otras palabras, quiere decir llamar a una persona por su nombre en voz alta. Aunque la oración puede ser silenciosa, la invocación debe ser producida en voz audible (Estudio-vida de Génesis, pág 344)..
EL PROPÓSITO DE INVOCAR EL NOMBRE DEL SEÑOR
Ser salvo
¿Por qué se debe invocar el nombre del Señor? Los hombres deben invocar el nombre del Señor para ser salvos (Ro. 10:13).
Ser rescatados de las angustias, calamidades y el dolor
Otra razón por la cual debemos invocar el nombre del Señor es que con ello somos rescatados de las angustias (Sal. 18:6; 118:5), las calamidades (Sal. 50:15; 86:7; 81:7) y el dolor (Sal. 116:3-4). La gente que ha discutido acerca de invocar al Señor lo invoca cuando es afligida por penas o enfermedades. Invocar al Señor nos rescata y nos libera. Debemos invocar al Señor cuando estamos en angustia o aflicciones. Además, en Salmos 116:3-4 se nos dice que invocar el nombre del Señor nos rescata de muchas cosas negativas como por ejemplo la angustia, el dolor, muerte y el infierno. Si usted quiere ser librado estas cosas, debe invocar al Señor.
Participar de la misericordia del Señor
El Salmos 86:5 afirma que el Señor es bueno, y que está dispuesto a perdonar y está lleno de misericordia para con los que le invocan. Invocando al Señor podemos participar de
Participar de la obra salvadora Señor
El Salmo 116 nos dice que podemos participar de la obra salvadora del Señor al invocarle. “Tomaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre de Jehová” (v. 13). En este salmo se menciona cuatro veces invocar al Señor (vs. 2, 4, 13, 17). El propósito de invocar es la participación en la obra salvadora Señor. Como vimos anteriormente, se sacan aguas de las fuentes de salvación invocando el nombre del Señor (Is. 12:2-4).
Recibir el Espíritu
Otra razón por la cual debemos invocar al Señor es la de recibir el Espíritu (Hch. 2:17, 21). La mejor más fácil y mejor de llenarse del Espíritu Santo es invocar el nombre del Señor Jesús. El Espíritu ya fue derramado. Solo debemos recibirlo invocando al Señor.
Beber del agua espiritual, comer del alimento espiritual para obtener satisfacción
Isaías 55:1 dice: “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche”. ¿Cuál es la manera de comer y beber al Señor? Isaías nos revela esta manera en el versículo 6 del mismo capítulo: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”. Por consiguiente, la manera de beber el agua espiritual y de comer el alimento espiritual para obtener satisfacción consiste en buscar al Señor e invocar Su nombre.
Disfrutar de las riquezas del Señor
Romanos 10:12 dice que el Señor de todos es rico para con los que le invocan. El Señor es muy para con todos los que le invocan. La manera de disfrutar las riquezas del Señor consiste en invocarle.
Nos despierta
Al invocar el nombre del Señor, podemos despertarnos. Isaías 64:7 dice: “Nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse de ti”. Cuando sentimos que estamos desanimados, podemos despertarnos al invocar el nombre del Señor Jesús (Págs. 344-354).
La práctica de invocar el nombre del Señor
¿Cómo debemos invocar al Señor? Primeramente, tenemos que invocarle de corazón puro (2Ti. 2:22). Nuestro corazón, el cual es la fuente de nuestro invocar, tiene que ser puro, buscando nada más que al Señor mismo. Segundo, tenemos que invocar con labios puros (Sof. 3:9). Necesitamos cuidar nuestro hablar, ya que nada contamina nuestros labios más que un hablar ligero. Si nuestros labios son impuros como resultado de nuestro hablar ligero, será difícil que nosotros invoquemos al Señor. Junto con un corazón puro y labios puros, necesitamos abrir nuestra boca (Sal. 81:10). Necesitamos abrir nuestra boca bien grande para invocar al Señor. Además, necesitamos invocar al Señor corporativamente. En Segunda Timoteo 2:22 dice: “Huye de las pasiones juveniles, y sigue la justicia la fe, el amor y la paz, con los que de corazón puro invocan al Señor”. Necesitamos reunirnos con el propósito de invocar el nombre del Señor.
En Salmos 88:9 dice: “Te he llamado, Oh Jehová, cada día”. Por lo tanto, debemos invocar Su nombre cada día. Este asunto de invocar el nombre del Señor no es una doctrina. Es muy práctico. Necesitamos practicarlo diariamente y a cada hora. Nunca debemos parar de respirar. Todos saben lo que sucede cuando dejamos de respirar. Por lo tanto, en Salmos 116:2 dice: “Por tanto, le invocaré en todos mis días”. Debemos invocar el nombre del Señor durante toda nuestra vida. Espero que muchos del pueblo del Señor, especialmente los nuevos, comiencen esta práctica de invocar el nombre del Señor. Si usted lo hace, verá que es la mejor manera de disfrutar las riquezas del Señor. (Pág. 344)
Referencias: Estudio-vida de Génesis, mns. 25; The Lord’s Recovery of Eating [El recobro que el Señor efectúa acerca de comer], 3, 4; Versión Recobro del Nuevo Testamento, Hechos 2:21 notas 1&2
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